Buscando señales

En nuestro afán por evitar los errores buscamos señales que nos indiquen el camino correcto. En una ruta vamos observando los carteles. Pero cuantas veces después de que una curva o una lomada nos sorprenda, criticamos la ausencia de la advertencia?

Los seres humanos somos una mezcla de instinto, reflexión e intuición… pero ante la duda tratamos de que alguien nos señale el camino correcto.

Lo que sucede es que varias veces la señal existe, la tenemos frente a nosotros y en nuestro afán de ver otra realidad no la vemos. Otras oportunidades la hemos pasado por alto por distraernos con otras emociones o circunstancias… Y muchas veces la buscamos en el suelo, cuando se encuentra en el aire.

La tarea entonces es quedarse QUIETO!

Si, quieto, pero no inmóvil, sino con la mente elevada. En el momento de concienciar la necesidad de una señal, de esa ayudita, debemos realizar un trabajo de introspección. La respuesta suele estar dentro nuestro hace tiempo, pero no le permitimos salir a la luz por caprichos, temores, enojos.

En esa tarea reflexiva y autocrítica tal vez hallemos la respuesta. En caso contrario, mantener la mente abierta al canal por el cual ella vendrá. Tal vez una frase en un libro, en un tema musical, en la palabra de un amigo, en un regalo que alguien no hace sin saber de que se trata.

La idea no es ir a la pesca de una señal… ya que tal vez por estar buscándola dejamos de ver el recorrido y nos tropezamos. Sino mantener los sentidos más despiertos que de costumbre, más atentos, más concentrados. Y en el momento correcto, cuando hemos madurado la idea, la aceptación y ya hemos elegido la señal se presenta de la manera mas bizarra o irrisoria que pueden llegar a pensar… y se van a dar cuenta por su asombro y la sonrisa que les surge… estaban en el camino correcto!