Preparar una buena clase es un arte.
Existen docentes que simplemente confían en que ya saben sus contenidos y que lo han dado varias veces… pero el escenario siempre cambia! Los alumnos son otros, los contextos varían…
Por eso siempre que vamos a dar clases podemos tomarnos un tiempo para repasar esos conceptos que creemos tener clarísimos, investigar lo innovador en ellos y de paso aprender un poco más.
Armar una clase en nuestra mente es proyectar una obra de arte, ir cincelando en cada paso el conocimiento, puliendo, integrando, ahondando, destacando…
Pero lo importante es también no hacerlo todo en un mismo día. Sino que es más productivo tener a la mente trabajando en ello en distintos momentos de nuestra jornada, de ese modo las ideas pueden surgir con más facilidad y en el momento menos pensado.
Sugerencias!
-Cuando hablo de investigar no solo me refiero a la web, a veces es revisar los libros que tenemos con una mirada fresca, que hemos ganado a lo largo de nuestras experiencias. Leer las mismas palabras, pero interpretarlas de otra forma y re-aprender conceptos para explicarlos luego.
-Imaginarnos en situación y programar que emociones queremos generar en nuestros alumnos. Cuando enseñamos no es solo a la mente, sino también al corazón de cada persona, ya fuera intencional o inconscientemente. Debemos saber que nuestros alumnos varían de estado emocional miles de veces dentro de la misma hora, perturbando sus pensamientos y mantener su atención es un desafío.
-Renovar nuestros recursos. Podemos apelar a los objetos mas sencillos, no solo a extraordinarias presentaciones o videos. En ocasiones lo mas sencillo es lo más educativo. Podemos presentar simulaciones de la rotación de la Tierra… pero tener un pequeño globo terráqueo en nuestras manos puede habilitar otro tipo de comprensión.
Por supuesto que el ingrediente infaltable en la ecuación es también la improvisación y la espontaneidad, pero no siempre hemos desarrollado la velocidad de respuesta necesaria cuando la situación que habíamos programado cambio. En otro post hablaremos sobre cómo adaptarnos a esos cambios velozmente!
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